sábado, 20 de septiembre de 2014

martes, 16 de septiembre de 2014

Profesiones.


¿QUE DEBE SABER UN NIÑO DE 4 AÑOS?

Hace poco, en un foro sobre la educación de los hijos, leí una entrada de una madre preocupada porque sus hijos, de cuatro años y año y medio, no sabían lo suficiente. "¿Qué debe saber un niño de cuatro años?", preguntaba.

Las respuestas que leí me llamaron mucho la atención. Una madre indicaba una lista de todas las cosas que sabía su hijo. Contar hasta 100, los planetas, escribir su nombre y apellido, y así sucesivamente. Otras presumían de que sus hijos sabían muchas más cosas, incluso los de tres años. Algunas incluían enlaces a páginas con listas de lo que debe saber un niño a cada edad. Solo unas pocas decían que cada niño se desarrolla a su propio ritmo y que no hay que preocuparse.

Pensé que probablemente la respuesta de esas mujeres a una madre angustiada fuera añadirle más preocupación. Somos una cultura tan competitiva que hasta nuestros niños en edad preescolar se han convertido en trofeos de los que presumir. Pero atención!!! La infancia no debe ser una carrera que arroja por resultado niños ganadores y niños perdedores.

Alicia Bayer, una mujer norteamericana que se interesa por los temas de infancia y educación, hace una lista de aquellas cosas importantes que debe saber un niño/a de 4 años. Me pareció hermosa y la comparto:

1.Debe saber que lo quieren por completo, incondicionalmente y en todo momento.

2. Debe saber que está a salvo y además cómo mantenerse a salvo en lugares públicos, con otra gente y en distintas situaciones. Debe saber que tiene que fiarse de su instinto cuando conozca a alguien y que nunca tiene que hacer algo que no le parezca apropiado, se lo pida quien se lo pida. Debe conocer sus derechos y que su familia siempre lo va a apoyar.

3. Debe saber reír y utilizar su imaginación. Debe saber que nunca pasa nada por pintar el cielo de color naranja o dibujar gatos con seis patas.

4. Debe saber lo que le gusta y tener la seguridad de que se le va a dejar dedicarse a ello. Si no le apetece nada aprender los números, sus padres tienen que darse cuenta de que ya los aprenderá, casi sin querer, y dejar que en cambio se dedique a las naves espaciales, los dinosaurios, a dibujar o a jugar en el barro.

5. Debe saber que el mundo es mágico y él también. Debe saber que es fantástico, listo, creativo, compasivo y maravilloso. Debe saber que pasar el día al aire libre haciendo collares de flores, pasteles de barro y casitas de cuentos de hadas es tan importante como aprender los números. Mejor dicho, mucho más.

PERO MÁS IMPORTANTE ES LO QUE DEBEN SABER LOS PADRES:

1.Que cada niño aprende a andar, hablar, leer y hacer cálculos a su propio ritmo, y que eso no influye en absoluto en cómo de bien ande, hable, lea o haga cálculos después.

2. Que el factor que más influye en el buen rendimiento académico y las buenas notas en el futuro no son los manuales, ni las guarderías elegantes, ni los juguetes caros, sino que mamá o papá dediquen un rato cada día o cada noche (o ambos) a compartir momentos de juego, lectura, dibujos y risas con sus hijos.

3. Que ser el niño más listo o más estudioso de la clase nunca ha significado ser el más feliz. Estamos tan obsesionados por tratar de dar a nuestros hijos todas las "ventajas" que lo que les estamos dando son unas vidas tan pluriempleadas y llenas de tensión como las nuestras. Una de las mejores cosas que podemos ofrecer a nuestros hijos es una niñez sencilla y despreocupada.

4. Que nuestros niños merecen vivir rodeados de libros, naturaleza, utensilios artísticos y, lo más importante, libertad para explorarlos. La mayoría de nosotros podríamos deshacernos del 90% de los juguetes de nuestros hijos y no los echarían de menos, pero algunos son importantes: juguetes creativos como los LEGO y los de encastre, una buena cantidad de témperas y plastilinas, los instrumentos musicales, los disfraces, y libros y más libros. Necesitan libertad para explorar con estas y otras cosas, amasar pan y ponerlo todo perdido, usar pintura, plastilina y purpurina en la mesa de la cocina mientras hacemos la cena aunque lo salpiquen todo, tener un rincón en el jardín en que puedan arrancar la hierba y hacer un cajón de barro.

5. Que nuestros hijos necesitan tenernos más. Hemos aprendido tan bien eso de que necesitamos cuidar de nosotros mismos que algunos lo usamos como excusa para que otros cuiden de nuestros hijos. Claro que todos necesitamos tiempo para un baño tranquilo, ver a los amigos, un rato para despejar la cabeza y, de vez en cuando, algo de vida aparte de los hijos. Pero vivimos en una época en la que las revistas para padres recomiendan que tratemos de dedicar 10 minutos diarios a cada hijo y prever un sábado al mes dedicado a la familia. ¡Qué horror! Nuestros hijos necesitan la Nintendo, los ordenadores, las actividades extraescolares, las clases de ballet, fútbol e inglés mucho menos de lo que nos necesitan a NOSOTROS. Necesitan a unos padres que se sienten a escuchar su relato de lo que han hecho durante el día, unas madres que se sienten a hacer manualidades con ellos, padres y madres que les lean cuentos y hagan tonterías con ellos. Necesitan que demos paseos con ellos en las noches de primavera sin importarnos que el pequeñajo vaya a 150 metros por hora. Tienen derecho a ayudarnos a hacer la cena aunque tardemos el doble y trabajemos el doble. Tienen derecho a saber que para nosotros son una prioridad y que nos encanta verdaderamente estar con ellos.

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Mucho para reflexionar como padres, educadores, o desde el lugar que nos toque en contacto con uno de los tesoros más preciosos: LA INFANCIA.


 (Lic. Miriam I Martínez)

Frente a la clase.

 

Brad nació en 1974 y se crio en St. Louis, Misuri, en una familia judía. Sus padres, Norman y Ellen, se divorciaron durante su primera infancia. Su madre siempre fue comprensiva con su enfermedad, mientras que a su padre le resultó más complejo.

En 1985 a la edad de 11, tras las sospechas de su madre, un médico descubre que tiene el Síndrome de Tourette.

Brad asistió a la Universidad de Bradley en Peoria, Illinois, especializándose en la educación primaria. Durante su primera semana en la escuela fue expulsado de un restaurante local de comida rápida cuando un empleado pensó que estaba ebrio.

Se graduó de la Universidad con honores académicos.

Una vez graduado, se traslada a Atlanta en 1996 para buscar empleo, se presentó en 24 escuelas primarias para el puesto de profesor sin éxito. Asiste a la escuela número veinticinco, la "Mountain View Elementary School" y finalmente lo contratan para enseñar a los grados segundo y tercero. Brad les enseñaba a los niños sobre el síndrome de Tourette en el comienzo de cada año por eso fue popular entre los estudiantes. Un año uno de los padres de sus alumnos retiró a su hijo de la clase del entonces profesor debido a las distracciones que provocaba su enfermedad en su hijo y sus prejuicios, sin embargo el niño decide volver Brad unas semanas más tarde.

En 1997 fue galardonado con el "Sallie Mae Primera Clase de Maestros" del Año. Luego fue maestro de segundo grado en la Escuela Primaria Tritt en un suburbio de Atlanta.

En 2004 se convierte en administrador de la escuela primaria Triltt en la que se había desempeñado como maestro, después fue supervisor de otros profesores.

En 2005 co-escribió junto a Lisa Wysocky su propio libro titulado "Front of the class: how Tourette syndrome made me the teacher I never had?" ("Al frente de la clase: ¿Cómo el síndrome de Tourette me hizo el maestro que nunca tuve?"), en el relata su historia y comenta como el síndrome de tourette afecta en el aprendizaje de los niños, y como ellos aprender a vivir con dicho síndrome, incluso el; y como logra atravesar los problemas de su infancia.  El libro ganó el "Independent Book Publisher" (Premio editorial independiente de educación IPPY), premio al Mejor Libro de Educación para ese año.

De http://es.wikipedia.org

Estrategias para educar en la paz y la tolerancia

https://dl.dropboxusercontent.com/u/36911887/Estrategias%20para%20educar%20en%20los%20valores%20de%20Paz.pdf
De http://www.pedagogiablanca.com

sábado, 13 de septiembre de 2014

Estrategias para mejorar la autoestima de tus hijos

Siempre hablamos de educación respetuosa y empática, acompañar al niño, estirar del hilo de sus intereses, implementar fórmulas de aprendizaje divertido en las aulas y en nuestros hogares... Y todo eso es esencial, pero para que un niño, un jóven, cualquier ser humano se sienta capaz, feliz, se respete a sí mismo y por lo tanto también a los demás, hay algo esencial, esa persona ha de tener una autoestima sana, equilibrada.

Aquí os dejamos un interesante material, que os puede orientar a ello.

https://dl.dropboxusercontent.com/u/36911887/8%20Estrategias%20para%20mejorar%20la%20autoestima.pdf
De http://www.pedagogiablanca.com

jueves, 11 de septiembre de 2014

Monociclo Extremo


Empezamos el nuevo curso con energía. Aquí os dejo un video chulísimo

miércoles, 10 de septiembre de 2014

5 consejos para saber cuándo los niños mienten y cuando dicen la verdad


Para algunos padres determinar cuando los niños mienten y cuando dicen la verdad es una tarea compleja, ya que desde pequeños los niños tratan de escoden diferentes cosas, por lo que saben que van a ser castigados. Es necesario que los padres pongan especial cuidado en esto, para corregir su conducta en caso de que estén mintiendo y premiarlos por decir la verdad, aunque sea difícil.


Los niños pequeños generalmente no engañan, pero no se debe olvidar que pueden aprender a hacerlo por el ejemplo de otras personas; a medida que pasa el tiempo se van dando cuenta que mentir puede traer beneficios, por lo cual empiezan a hacerlo de forma consciente alrededor de los 7 años, aproximadamente.

Cuando la mentira se convierte en una conducta cotidiana, puede ser algo que permanezca hasta la edad adulta, trayendo muchos problemas tanto para quienes la dicen como para los demás.
  1. Una buena forma de saber cuándo los niños mienten y cuando dicen la verdad, es analizar si repiten varias cosas, ya que en este momento de seguro están pensando que mentira decir con el objetivo de evitar un castigo o para no tener que cumplir con una responsabilidad.
  2. El rostro de los niños mostrará cuando están diciendo verdad o cuando esta mintiendo, la mayoría demuestra en su carita la inocencia o culpa, las emociones siempre se reflejan en el rostro, además los pequeños no tienen experiencia mintiendo y esto es un punto a favor.
  3. Por lo general cuando una persona miente y mucho más cuando lo hacen los niños les tiembla la voz, las manos o las mismas se ponen sudorosas. Estas señales hacen parte del lenguaje corporal que se puede utilizar para determinar cuando los niños están mintiendo, no con el objetivo de tratarlos mal, sino de indicarles que esto no es correcto.
  4. En algunas ocasiones los niños para no afrontar una situación que no les agrada, inventan mentiras un poco incoherentes, cosas que en su mundo de fantasía, piensan que sus padres les van a creer. Estas incoherencias son un punto a favor, porque muestra la inexperiencia del niño diciendo mentiras.
  5. Para saber cuándo los niños mienten o cuando dicen la verdad es necesario estar atentos, porque lo general los mismos tratan de defenderse, antes de ser acusados de alguna travesura. Ellos dicen mamá yo no lo hice, cuando todavía no se le ha acusado de nada.

Saber cuándo los niños mienten o cuando dicen la verdad para motivarlos a escoger la verdad

Si los niños están mintiendo, es bueno acercársele y motivarlos a decir la verdad, es muy positivo no armar un escándalo ante una mentira, sino guiar a los niños a que se sientan cómodos diciendo la verdad. El buen ejemplo y los valores inculcados, es el patrón de conducta más importante que pueden recibir, de esa forma será sencillo saber cuándo los niños mienten o dice la verdad.

 Angel Fuentes