lunes, 11 de enero de 2016

Adolescentes y móvil: Guía para padres desesperados

Los móviles, uno de los grandes quebraderos de cabeza en la relación padres-hijo.
Algo nuevo, ya que nuestros padres no se encontraron con este problema y con el que tenemos que lidiar sin mucho ejemplo. Los móviles, con la escusa de ayudar a estar en contacto, se han convertido en los regalos estrella de comuniones, navidades y cumpleaños.
Aunque de su uso puedan derivar otros problemas (ciberbullying, privacidad, etc…). He creado esta completa guía para ti, que como yo has “sufrido” de los problemas de los móviles en la mesa, o que convierten a tu hijo en un “desconectado social” o phonbies (denominados por esta original campaña, a los zombies generados por su enganche al dispositivo móvil). Hablamos de la adicción.

Síntomas de que el uso del dispositivo móvil se está convirtiendo en un problema para tu hijo

  • Pérdida de la noción del espacio-tiempo : ni dónde, ni cuánto tiempo. El adolescente no es consciente de cuanto tiempo llega a pasar expuesto a su terminal. Se olvida de comer, o lo hace mal. No atiende a horarios…
  • Dependencia: se siente desnudo si sale sin su móvil. La nomofobia, o miedo a salir sin su teléfono móvil, forma parte de su día a día.
  • Síndrome de abstinencia: Consecuencia del anterior. Cuando no está con su dispositivo, siente ansiedad y mal comportamiento.
  • Aislamiento: No total, ya que de forma “virtual” el adolescente se encuentra permanentemente conectado a sus amigos y conocidos. Pero esto le cuesta aislarse de la gente presente. No atiende a estímulos, no responde a conversaciones. Recordamos el phubbing, como el menosprecio a quien nos acompaña por prestar más atención al móvil que a las personas.

¿Cuáles son las aplicaciones más usadas por nuestros hijos?

Instagram

A pesar de tener otras funciones propias de otras redes sociales: comentarios, mensajes directos… funciona como un álbum de fotos. Uno abierto a todo el mundo.  Mucho más fácil de acceder y de simple uso en los móviles. Cubre todas las necesidades que tienen nuestros hijos de inmortalizar y compartir todo cuanto viven. En ella la popularidad se mide en número de seguidores (una persona con 300 seguidores, será a priori, más popular que una con 20) y en me gusta las fotos.
Con lo que ayuda a reforzar el autoestima y su nivel de aceptación.

Snapchat

De corte parecido a la anterior, con la peculiaridad de que en teoría las imágenes desaparecen del dispositivo que los recibió en un tiempo. Digo en teoría porque durante ese tiempo, el receptor siempre podrá hacer una captura de su pantalla, teniendo una copia del material.
Esa temporalidad causa dos problemas, el primero es que los jóvenes se animan a enviar cosas que en otros sitios no enviarían – pensando que pasado un tiempo, este desaparecerá -. La segunda es que debido a que el material está disponible durante un tiempo, aumenta la necesidad de comprobar si hay algo nuevo o no.

Whatsapp

No necesita de mucha presentación. La app de mensajería por antonomasia. Todos la usamos a diario. Son la nueva “llamada telefónica” que se alargaba de esta era. Internet y los móviles han eliminado cualquier distancia y les permiten estar en permanente conexión. Aficiones, temas del colegio, cotilleos… todo se habla por allí.

Problemas derivados de un mal uso de los móviles

Un móvil, además de muchas ventajas, tiene también incovenientes. Su portabilidad, unido a que los nuevos dispositivos son pequeños ordenadores de bolsillo les da a nuestros hijos una libertad que, de no ser supervisada, puede derivar en problema. Hablamos de la pérdida de privacidad, que puede derivar también en ciberbullying, además de los problemas de adicción que comentaba antes.


Consejos que pueden ayudarte para que el uso de los móviles, no sea un problema

  • Controla el tiempo de conexión a Internet. Esto no quiere decir que lo utilices como motivo de premio o castigo. Establece unas normas, u horario a la que tu hijo deberá acostumbrarse. Este contrato que una madre preparó a su hijo puede darte algunas ideas.
  • El móvil, a la edad adecuada. A veces pecamos de “innovadores” y regalamos un dispositivo a los que no lo necesitan. Una buena edad podrían ser los 13-14 años.
  • De igual forma que hablaba del horario, en las normas no olvides añadir unos “que se puede/no se puede” hacer con el móvil. Debemos establecer unos límites claros. Incluyen desde temas económicos (límites del gasto) hasta de comportamiento. Esto evitará posibles problemas derivados: discusiones, bullying, no decir o hacer nada que no harían con tu presencia…
  • Establece una contraseña que ambos sepáis. De esta forma ante un robo o estravío la información estará más segura.
  • Educa y explica el peligro de compartir información y/o imágenes personales con terceros. Hazle notar como alguien a quién acudir de existir ningún problema. Regañar de forma desmedida puede ocasionar que el adolescente se encierre más y esconda aquello que hace o dice por las redes sociales.
  • La más importante y quizás por ello la última. Predica con el ejemplo. Si no quieres que tu hijo esté en la mesa con el móvil, no lo hagas tu. Si no quieres que lo use durante una reunión familiar, igual… Una alternativa puede ser establecer espacios “sin móvil”: comidas, cenas,etc… que ayudarán también al diálogo y relación familiar.
Podríamos seguir dando muchas pautas o consejos. Pero como todo lo mejor es que reine el sentido común, ya que no existe una receta mágica ni botón que solucione nuestros problemas. Pero no por ello vamos a dejar de intentarlo :). A modo resumen, te dejo con las ideas propuestas en esta guía en forma de infografía.




DE http://blog.uveni.com

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