Oliver Button es una nena una historia que pese a tener más de treinta años aborda un tema, por desgracia, absolutamente vigente: el acoso escolar hacia aquel que es diferente.
Nuestro protagonista de hoy es un niño al que no le gusta hacer las cosas que se supone que tienen que hacer los niños. A Oliver Button no le interesa el futbol, ni el balocesto, ni pelearse... lo que a él le gusta es leer, pintar cuadros, pasear por el bosque, saltar a la comba, jugar con muñecas recortables... pero sobre todo lo que más le gusta es subir al desván de su casa, disfrazarse y cantar y bailar como si fuese una gran estrella.
Y
aunque Oliver no se mete con nadie y lo único que pretende es ser
feliz, no podemos decir lo mismo del resto de la gente hacia él. Su
propio padre desearía que le gustasen las cosas de "hombres":
-¡Oliver!- le decía su papá-. ¡Deja de
comportarte como una nena! Sal y juega al béisbol,
al fútbol o al balencesto. ¡Cualquier juego de pelota!
Ni que decir de sus
compañeros de clase que cuando tienen la más mínima oportunidad le
hacen sentir como un bicho raro con el que no quieren compartir sus
juegos.
Pero un día sus padres, más preocupados por la falta de actividad física que por los gustos de su hijo, deciden enviar a Oliver a la escuela de danza de la señorita Leah para asistir a clases de claqué.
A Oliver su nueva actividad le apasiona, así que decide practicar y practicar.
Pero
aunque él es inmensamente feliz y sigue sin meterse con nadie, sus
compañeros ahora tienen un motivo todavía mayor para hacerle sentir
diferente y meterse con él. Las
burlas son continuas y diarias hasta tal punto que un día Oliver se
encuentra la siguiente pintada en una de las paredes del colegio.
Oliver
como tantos niños en este situación no es capaz de enfrentarse a ellos,
pero lo que si hace es disfrutar y practicar ese hobbie que tan bien le
hace sentir, además de soñar que algún día podrá convertirse en una
gran estrella.
Practica tanto que cada vez los progresos son mayores y un día la señorita Leah le propone presentarse a un concurso de talentos.
La
actuación de Oliver fue estupenda y aunque no ganó si sirvió para
obtener el reconocimiento de unos compañeros que comenzarán a admitirle
con sus diferencias.
Estupenda historia, muy bien construida en su progresión, que pese a ser escrita en 1979 está de absoluta vigencia en nuestra clases, en las que por desgracia es muy complicado ser diferente.
Oliver Button es una estupenda manera de mostrar a nuestros alumn@s lo
crueles que podemos llegar a ser con aquellas personas cuyos gustos o
inquietudes no encajan en lo que supuestamente hemos establecidos como
"normal".
Un libro no nos va a servir para erradicar este terrible problema que es el acoso escolar, ese maltrato constante y cruel que tiene como único objeto aminalar e intimidar al débil, al diferente, al que se sale de los esquemas atentando contra su dignidad y los derechos fundamentales, pero todo sirve para intentar concienciar y educar a la nueva generación. Además este libro nos muestra otra cara mucho más amable, aquella que nos dice que los sueños con esfuerzo y mucha, mucha perseverancia se pueden cumplir. |
lunes, 13 de octubre de 2014
Recomendación literaria: Oliver Button es una nena, de Tomie dePaola
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