viernes, 27 de junio de 2014

Kiko y la mano.

Ante los casos de abusos a menores, está bien que estemos muy atentos y no perdamos de vista a los pequeños. Pero también es importante que les ayudemos a distinguir cuando alguien les hace algo que no está bien.

‘La regla de Kiko’ precisamente sirve para eso. Es una guía para padres y cuidadores de niños de entre 3 y 7 años elaborada por el Consejo de Europa para proteger a los niños contra el abuso sexual.

La guía se estructura en cinco consejos básicos:

1. Tu cuerpo es tuyo

Debemos enseñar a los niños que su cuerpo les pertenece y que nadie puede tocarles sin su permiso.

Los niños tienen derecho a no querer que les den un beso o les toquen, incluso cuando se trata de una persona a la que quieren.

Se debe enseñar a los niños a decir “No”, de forma inmediata y firme, a un contacto físico inapropiado, a alejarse de situaciones no seguras y a contar sus vivencias a un adulto de confianza.

2. Buena forma de tocar, mala forma de tocar

Debemos decir a los niños y niñas que no está bien que alguien mire o toque sus partes privadas o que les pidan que miren o toquen las partes privadas de otra persona.

“La Regla de Kiko” les ayuda a reconocer un límite evidente y fácil de recordar: la ropa interior.

3. Secretos buenos, secretos malos

Los secretos son una táctica primordial de las personas que cometen abusos sexuales. Por este motivo es importante enseñar a los niños la diferencia entre los secretos buenos y malos, y crear un clima de confianza.

Cada secreto que les preocupe, les haga sentir incómodos, les asuste o les ponga tristes no es bueno y no debería mantenerse; deberían contarlo a un adulto de confianza (padre, maestro, orientador, oficial de policía, médico, etc.).

4. La prevención y la protección son responsabilidades del adulto

Cuando los niños son objeto de abuso sienten vergüenza, se sienten culpables y tienen miedo.

Los adultos debemos evitar crear tabúes en torno a la sexualidad, para asegurarnos de que los niños sepan a quién dirigirse si están preocupados, nerviosos o tristes.

Los niños pueden percibir que algo no está bien pero puede que no sepan cómo explicarlo ni a quién contárselo.

Los niños deberían sentir en todo momento que pueden hablar con sus padres sobre este tema.

5. Conocer su red de seguridad

Se debe informar a los niños de los adultos que pueden formar parte de su red de seguridad.

Se les debería alentar a elegir a adultos en los que pueden confiar, que estén disponibles y dispuestos a escucharles y ayudarles.

Sólo un miembro de la red de seguridad debería vivir con el niño; el otro debería vivir fuera del círculo familiar inmediato. Los niños deberían saber cómo pedir ayuda a las personas que integran esta red de confianza.

Aqui os dejo el libro. Solo haced clic en la imagen.

http://www.underwearrule.org/Source/Book_es.pdf

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