viernes, 13 de enero de 2012

Mi hijo adolescente no lee, ¿es grave?

Para vuestro hijo, leer es sinónimo de trabajar. ¡Pero aún no hay nada perdido! Aquí tenéis unos consejos para convencerle, sin forzar, de que la lectura también puede ser un verdadero placer.

Las preguntas que debéis haceros

¿Qué entendéis por leer? Evidentemente, vuestro hijo no lee las obras completas de Baroja y no se pasa los fines de semana encerrado en la habitación, enfrascado en la lectura. Pero seguramente lee revistas, cómics, mangas, las páginas y blogs de internet en los que entra y, no hay que olvidarlo, también lee en clase y maneja los manuales escolares. ¿Y vosotros?, ¿tenéis costumbre de leer? Si está en un entorno en el que nadie lo hace, el niño tiene menos tendencia a la lectura.

Todo salvo una obligación

A veces, la conminación a la lectura es tan grande, que tiene un efecto paralizante. Para muchos adolescentes, la lectura es un trabajo duro, una obligación impuesta por el colegio. Vuestro hijo presenta a menudo fichas de lectura a los profesores, de modo que no le impongáis libros, porque puede acabar apartándose de ellos.

Leer para informarse... y para disfrutar

Aceptemos, como adultos que somos, que no debemos penetrar en ese espacio íntimo que puede ser la lectura. Simplemente tenemos que hacer comprender a nuestro hijo que los libros pueden aportar una respuesta a sus preguntas (sexualidad, miedo a la muerte, amor, etc.), y enseñarle también hasta qué punto la lectura puede ser un placer. Para convencerlo, ¡no faltan grandes obras!

¿Qué hacer cuando nuestro hijo no lee?

¿A vuestro hijo le horroriza leer? No sirve de nada forzarlo, al contrario, podéis empeorar las cosas. Estos consejos pueden ayudaros a inculcarle el gusto por la lectura con mano izquierda.

La literatura juvenil: todo un placer Los libros son objetos de la vida cotidiana que no pueden estar en un pedestal. Tenéis que facilitar que vuestros hijos accedan a ellos. Hay que hacerles comprender que la lectura no es solo una obligación escolar. También puede ser un placer y una distracción. Si el adolescente se sumerge en un cómic o en un libro de su infancia, no hagáis comentarios como “ya eres demasiado mayor para leer ese tipo de libros”. ¡Lo principal es que lea! Proponedle temas que le interesen. La literatura juvenil actual es muy variada y de calidad. Seguro que hay un libro para él.


Bibliotecarios y librerías que aconsejan bien Si vuestro hijo no sabe qué leer y a vosotros no se os ocurre qué ofrecerle, dejaos aconsejar por un bibliotecario o un librero especializado. Están acostumbrados y seguro que encontráis juntos una obra que le guste. O, si no, suscribidle a una revista: es una cita mensual o bimensual con la lectura, pero con una vertiente lúdica y cercana a su vida cotidiana.


Cualquier ocasión es buena Las vacaciones son propicias a la lectura, porque no hay límite de tiempo. Si vuestro hijo se aburre, proponedle que lea una horita. Si el libro le gusta, el tiempo se le pasará volando. No le ofrezcáis un tocho. Que muchos jóvenes hayan leído Harry Potter no significa que no les asusten los libros de varios cientos de páginas. Ofrecedle obras breves: recopilaciones de relatos temáticos o, simplemente, novelas cortas. Para compartir un rato con vuestro hijo adolescente, también podéis, por ejemplo, ir escuchando en el coche libros leídos por actores profesionales (existen algunas colecciones). 


Nunca es demasiado tarde para empezar a leer No dramaticéis: que vuestro hijo no lea ahora, no significa que no vaya a leer nunca. Muchos escritores confiesan que cuando eran jóvenes no leían y, sin embargo... Lo importante es encontrar el libro adecuado. Seguro que lo consigue, con vuestra ayuda o la de un profesor, un amigo... ¡paciencia! Recordad además que, hoy en día, hay mucha más variedad de libros que en vuestrainfancia, ¡hay libros para todo tipo de lectores! Jessica Jeffries-Britten


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